La epilepsia en gatos, como en perros o humanos, es realmente impresionante. Ante ataques convulsivos siempre nos sentimos impotentes e indefensos. ¿Por qué el gato sufre epilepsia? ¿Cómo gestionar estas crisis? Hagamos un balance.
Dos tipos de epilepsia en gatos
La epilepsia asusta a cualquier propietario, porque a veces los ataques son tan impresionantes que teme perder a su compañero. Cuando ocurren estos ataques, su primer instinto es llamar a su veterinario para que haga un balance. Hay dos tipos de epilepsia.
Epilepsia primaria, esencial o idiopática
Las convulsiones en la epilepsia primaria no son causadas por una condición o trastorno. Lamentablemente, se desconoce el origen de las convulsiones. Si tras una serie de pruebas encontramos que no existe ninguna anomalía cerebral o metabólica (otro problema de salud, disfunción orgánica, etc.), entonces hablamos de epilepsia primaria (esencial o idiopática). Se trata de una epilepsia que se cree que es de origen hereditario/genético.
epilepsia secundaria
Es una epilepsia que tiene una causa metabólica, neurológica o por intoxicación. Se trata de una epilepsia que tiene explicación y que, como su nombre indica, es secundaria a una causa primaria.
Dos tipos de crisis
Convulsiones parciales (o focales).
En estas convulsiones se ven afectadas una o más áreas del cerebro. Es posible que los propietarios no vean las incautaciones parciales. Los signos pueden ser movimientos de los músculos faciales, hipersalivación y calambres. Estas convulsiones son la expresión de epilepsias idiopáticas (esenciales o primarias).
Crisis generalizadas
En las convulsiones generalizadas, todo el cuerpo del gato se ve afectado. Estas son obviamente las crisis más impresionantes.
Las tres fases de la epilepsia en gatos
La epilepsia es una afección neurológica caracterizada por una descarga anormal de impulsos nerviosos en el cerebro. Estas descargas son repentinas y provocan ataques epilépticos, a menudo en forma de convulsiones.
Al igual que en los humanos, se trata de convulsiones repetidas que se presentan en tres fases:
La fase del aura
Esta fase ocurre antes de la crisis y se manifiesta en un comportamiento anormal de tu gato. Los síntomas son agitación y nerviosismo palpables unos días u horas antes del ataque, a veces unos minutos antes. Tu gato puede estar mucho más cerca de ti de lo habitual para tranquilizarte o, por el contrario, estar distante y esconderse. Esta fase es muy sutil y muchas veces pasa desapercibida, especialmente si el dueño está ausente durante el día.
lo golpeo
Esta es la fase de las convulsiones con descarga eléctrica en el cerebro, la convulsión propiamente dicha. Este es el momento más impresionante para los propietarios porque es muy violento. El animal se encuentra temporalmente en un estado alterado de conciencia.
Las pupilas pueden dilatarse por completo. El cuerpo del gato se pone rígido y tiene convulsiones, puede babear y orinar sobre sí mismo. La crisis parece larga, incluso infinita, para los propietarios. En realidad, sólo dura de 1 a 5 minutos.
Ninguna acción exterior puede detener la crisis. Por el contrario, es recomendable no hacer nada y limitarse únicamente a los obstáculos que rodean al animal para evitar que se golpee violentamente y se lastime.
Por tanto durante la carrera observamos:
> Trastornos sensoriales
> Trastornos neurovegetativos: salivación, micción (orina), defecación.
> Trastornos del movimiento y del tono muscular.
> Una disminución de la conciencia.
La fase postictal
Esta es la fase post-convulsión conocida como recuperación durante la cual el gato recupera el conocimiento. En estado de shock, muchos gatos tienen el reflejo de acercarse al cuenco para beber y comer con avidez. La convulsión es tan violenta y requiere tanta energía que el gato necesita compensarla.
Algunos gatos se desorientan por un momento y pueden perder temporalmente la visión y el equilibrio. Se recomienda dejar al gato solo después del ataque. Poco a poco recupera por sí solo un andar normal, puede ser “agresivo” y silbar si se lo pides demasiado rápido. Que se recupere solo y tranquilamente.
Las causas de la epilepsia en gatos.
Desgraciadamente, las causas son muy numerosas.
Podría ser:
> De una consecuencia de un trauma, shock.
> Tumor(es) cerebral(es).
> Después del envenenamiento
> Trastornos metabólicos (hipocalcemia, hipoglucemia, encefalosis hepática, hipoxia)
> Encefalitis
> accidente vascular
> Malformaciones congénitas (hidrocefalia)
> Epilepsia esencial
Según el caso, el veterinario podrá eliminar una a una las posibles causas de las convulsiones. estamos hablando de diagnóstico por eliminación. El enfoque será eliminar las causas neurológicas, luego metabólicas, etc. Todas las causas de epilepsia secundaria. Esto puede resultar muy caro para los propietarios en términos de pruebas adicionales, sobre todo si al gato se le realiza una resonancia magnética, un TAC acompañado de una muestra de líquido cefalorraquídeo, análisis de sangre muy completos, etc.
Durante la epilepsia primaria o idiopática, el gato está sano entre las convulsiones y las pruebas adicionales no indican anomalías. En algunos casos se iniciará un tratamiento sintomático sin conocer la causa exacta de las convulsiones.
¿Qué tratamiento para controlar la epilepsia en gatos?
No existe ningún tratamiento para eliminar al 100% las crisis epilépticas. El objetivo será reducir la frecuencia, duración y gravedad de las crisis epilépticas del animal. No se implementará ningún tratamiento si el gato ha tenido un solo ataque.
Es después de algunas crisis que tratamiento antiepiléptico se puede iniciar. Es necesario esperar al menos dos semanas antes de poder juzgar la eficacia del tratamiento aplicado. Durante este período, los propietarios deben tener paciencia y, sobre todo, no interrumpir ni modificar la dosis de forma independiente en ausencia de resultados inmediatos.
Para patologías como la epilepsia es recomendable llevar un diario con la fecha y duración de los ataques convulsivos. Esta es una información muy importante para el veterinario que le permitirá dirigir mejor el resto del tratamiento.
15 días después de la realización del tratamiento, el veterinario hará un balance de los propietarios. Se procederá a un aumento de la dosis en caso de resultados insuficientes o, por el contrario, una reducción de la dosis en caso de efectos secundarios excesivos.
A medida que pasan las semanas y comienza la respuesta al tratamiento, su veterinario puede recetarle una combinación de antiepilépticos. Si el fenobarbital está dentro de la dosis, serán necesarios análisis de sangre periódicos para controlar los valores hepáticos.
Conclusión
La epilepsia en los gatos ocurre de la noche a la mañana y supone un shock para los dueños, que quedan indefensos e indefensos. Debes ser paciente y constante para ayudar a tu gato a controlar este trastorno. No es fácil convivir con un animal epiléptico, pero los cuidados ayudan a encontrar el equilibrio.
Por supuesto, serán necesarios controles periódicos para encontrar el tratamiento y la dosis adecuados. Su veterinario de cabecera estará siempre ahí para resolver sus dudas y, si es necesario, por las tardes o los fines de semana, los veterinarios podrán atender sus inquietudes, sin dudarlo jamás. La epilepsia en gatos no es inevitable, pero debe controlarse cuidadosamente para garantizar una buena calidad de vida de su gato.