El embarazo nervioso o “pseudo gestación” sólo afecta a las perras no esterilizadas. Se debe a una bajada del nivel de progesterona en sangre y un aumento de prolactina, lo que hará que el organismo de la perra crea que está preñada. Podemos observar cambios físicos y de comportamiento que corren el riesgo de alterar nuestra salud si la situación persiste. En este caso es importante no dejar al perro en este estado sin consultar al veterinario.
Embarazo nervioso en perras, ¿qué es?
Todas las razas de perros se ven afectadas, pero afortunadamente no todas las hembras la padecen. El embarazo nervioso se produce después del período de celo en la perra. El nivel de progesterona (hormona del embarazo) disminuirá y aumentará la prolactina (hormona que estimula la producción de leche). Entonces, este proceso hará que la perra crea que tendrá cachorros. Las hembras que han tenido un embarazo nervioso empezarán de nuevo en el próximo celo, de por vida.
Reconocer los signos de un embarazo nervioso en perros
Una perra que sufre un embarazo nervioso puede experimentar cambios físicos y psicológicos similares a los de un embarazo real.
Cambios fisiológicos
- Un estómago ligeramente redondeado
- Senos hinchados
- producción de leche
- Poliuria (aumento de la producción de orina)
Cambios psicológicos
- Una disminución o aumento del apetito.
- Polidipsia (aumento del consumo de alcohol)
- Lame tus senos regularmente
- prepara tu nido
- Puede ser mucho más emocional, incluso “pegajoso”
- Signos de irritabilidad, estrés, agresión o depresión.
- Puede colocar objetos y juguetes en el nido y protegerlos como si fueran sus propios bebés (fenómeno de anidación)
¿Qué soluciones para frenar un embarazo nervioso en perras?
Tratamiento del embarazo nervioso en perros.
Dependiendo de los síntomas, en ocasiones es necesario consultar a un veterinario para asegurarse de que la perra no está preñada, establecer un diagnóstico e implementar el tratamiento farmacológico adecuado. Este tratamiento consiste en detener la liberación de prolactina (hormona) y así detener el flujo de leche.
En la mayoría de los casos, un embarazo nervioso no es peligroso para la perra y desaparece a las tres semanas, pero si se produce varias veces, puede provocar infecciones o inflamación de la ubre, debido a la presencia de leche estancada (mastitis). En casos más graves, se puede formar un absceso mamario.
También aumenta el riesgo de cáncer de mama e infecciones uterinas. Esto sin tener en cuenta la difícil situación emocional del perro (irritabilidad, estrés, etc.).
Comportamiento a adoptar ante un embarazo nervioso en una perra
Desde el inicio del nervioso embarazo de tu perra, evita tocar, masajear o intentar evacuar leche de su ubre porque, al contrario, estimularás la lactancia. Asimismo, debes evitar que lama su chupete. El desarrollo de la glándula mamaria va acompañado de la producción de leche, que no siempre es visible. En general, las primeras producciones mamarias son muy claras, incluso transparentes. Además, en los primeros días la hinchazón de las mamas no va acompañada de la presencia de leche. Para ayudarlo, puedes obligarlo a ayunar 24 horas limitando el consumo de agua, lo que ayudaría a detener la secreción de leche.
Es importante no reforzar su necesidad de maternidad, esto sólo reforzaría su comportamiento. Empieza por quitarle los objetos y juguetes que trajo a la guardería y no dejes que se los vuelva a llevar.
Es necesario mantenerlo alejado del nido, ofreciéndole diversas actividades (juegos, mimos, paseos, etc.). Estas actividades distraerán su mente y le ayudarán a alejarse gradualmente de sus juguetes de apego.
Las consecuencias del embarazo nervioso en perros.
El embarazo nervioso puede ocurrir desde el primer celo de la perra y repetirse en celos posteriores hasta el final de su vida o hasta el cese médico del celo (esterilización).
Un edema mamario significativo puede causar dolor, sensibilidad extrema o intolerancia al contacto. Por lo tanto, su perro puede sentirse muy avergonzado cuando se acuesta boca abajo. Pueden producirse complicaciones como induraciones dolorosas, abscesos o mastitis.
Con el tiempo, la estimulación recurrente del tejido mamario puede favorecer la aparición de tumores mamarios, a veces cancerosos.
Los chillidos que muestra su perro durante el embarazo nervioso suelen ser conductuales. La perra no tiene consecuencias comportamentales tras su recuperación y aunque haya tenido varios embarazos nerviosos (sin complicaciones), podrá tener una camada sin problemas.
Cómo evitar un embarazo nervioso en perros
Si no tienes pensado criar a tu perra, es recomendable esterilizarla para evitar futuros embarazos nerviosos. La esterilización también ayuda a evitar muchas complicaciones (tumores de mama, infecciones uterinas, etc.). Se realiza fuera del embarazo por celo y nervios, no dudes en consultar a un veterinario.
En breve
Si bien los nervios durante el embarazo no son una emergencia que ponga en peligro la vida, rápidamente pueden volverse vergonzosos para usted y su perro. En la mayoría de los casos desaparece por sí solo al cabo de unas semanas. Pero a veces sucede que la situación dura más de tres semanas y, por tanto, puede volverse crónica. Pasado este tiempo es importante consultar a un veterinario para implementar el tratamiento.
Un embarazo nervioso si no es peligroso para su salud, sigue siendo incómodo para tu perra y la repetición de esta situación puede derivar en complicaciones a largo plazo que pongan en riesgo su salud (tumores de mama, infecciones uterinas, abscesos, etc.). La mejor prevención en este momento, si no tienes intención de criar a tu perro o si ya ha tenido una camada y no quieres que el evento vuelva a ocurrir, sigue siendo la esterilización.