Los perros y el sol, una gran historia de amor. Todos conocemos los beneficios que el sol puede aportar a nuestras mascotas, entre ellos el aporte de vitamina D, beneficiosa para sus dientes y huesos.
Pero hay épocas del año, en verano y primavera, en las que la radiación solar y las temperaturas aumentan excesivamente. Por ello es aconsejable proteger a tu perro del sol y sus efectos nocivos. Si es descuidado, puede sufrir un golpe de calor, lo cual es muy peligroso para su salud.
Cuando el mercurio sube demasiado, el mejor consejo que podemos darte es evitar el sol, Mantenga a su perro a la sombra en un lugar fresco.. Los perros, al igual que los humanos, sufren de calor extremo y algunas razas sufren más que otras. Es el caso de los que tienen la cara plana y no se refrescan bien jadeando como los bulldogs o pugs o los que tienen el pelaje muy grueso para afrontar el frío como el Husky Siberiano o el San Bernardo.
Incluso si hace calor, no conviene renunciar a las actividades al aire libre. Solo recuerda Algunas precauciones fundamentales para proteger a tu perro del sol :
Protectores solares
Para las zonas más sensibles de su cuerpo, como los párpados, el hocico, el abdomen o las orejas, existen filtros solares especialmente diseñado para perros. Pueden parecer sorprendentes pero son útiles para proteger a tu perro del sol en la playa o de excursión si tiene el pelo corto, claro o escaso. Si tu perro tiene el pelo largo no necesita protector solar. Su abundante pelaje impide que los rayos del sol lleguen a su piel y la crema dejaría un acabado muy pegajoso, formando nudos.
La hidratación es una prioridad absoluta
En todo momento es fundamental mantener a tu perro bien hidratado. Así como los humanos pierden agua al intentar enfriar su cuerpo sudando, los perros pierden agua a través de las almohadillas donde se encuentran sus glándulas sudoríparas y al jadear. Siempre ten un botella de agua o recipiente portátil a mano para ofrecerle agua regularmente a su perro. Si la temperatura es muy alta, puedes sugerirle a tu perro que se bañe para bajar un poco su temperatura corporal, ya sea sumergiéndolo directamente en agua o con una manguera de jardín (con suavidad, para no crear goteras), o aplicándole paños para el agua.
Protege a tu perro del sol… incluso de sus almohadillas.
Te has asegurado de que tu perro no tenga demasiado calor, que esté bien hidratado y además que su piel no se queme con los rayos del sol. Pero omitiste una parte importante de su anatomía: ¡las almohadillas! Si no se te ocurre caminar descalzo sobre asfalto caliente en una tarde de verano, debes pensar que tampoco será bueno para tu perro. Aunque sus patas son un poco menos delicadas que las plantas de nuestros pies, todavía pueden sufrir quemaduras e irritación. Para evitarlo, te recomendamos planificar los paseos de tu perro, buscando zonas de sombra y jardín cuando sea posible y mojando sus patas de vez en cuando. Un buen consejo para saber si el suelo está demasiado caliente para que tu perro camine es intentar tocarlo con la palma de la mano durante cinco segundos. ¡Si tú no soportas el calor, tu mascota tampoco lo soportará!
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