Antes de volver a casa con tu recién nacido, pide a un ser querido que deje en casa una manta o peluche con el aroma de tu bebé, para que tu amigo peludo se familiarice con este nuevo olor y absorba el pequeño aroma.
Cuando tu bebé llega a casa, lo primero que debes hacer es darle una cálida bienvenida a tu perro; No lo alejes. Deja que tu perro haga el primer contacto, bajo tu supervisión por supuesto. Tiene que venir de él. Acércate suavemente a tu bebé con las piernas o los pies, nunca con la cara. Puedes dejar que tu perro lo huela.
Debes asegurarte de que tu perro esté tranquilo cuando esté cerca de tu bebé. Si tu amigo peludo tiende a saltar, colócalo en otra habitación hasta que se calme. Una vez que esté relajado, podrá acercarse a su hijo. Siempre se debe permitir que su perro olfatee a su bebé si su comportamiento es tranquilo. Por supuesto, tú también necesitas estar relajado. Tu perro estará aún más tranquilo.
Por último, sigue pasando tiempo con tu perro, jugando, ambos, pero también con tu hijo. Así, tu amigo peludo asimilará a tu bebé a un momento agradable y positivo. No se sentirá abandonado, al contrario.
Si tu perro muestra signos de agresión, castígalo verbalmente con un “NO”. También puedes ponerlo en una habitación separada. Puedes presentárselo a tu bebé nuevamente 10 minutos después. La socialización tendrá que ser más lenta si repite este comportamiento. No dudes en pedir consejo a tu veterinario, para que pueda encontrar rápidamente soluciones para solucionar este problema. También podrás ir acompañado de un adiestrador de perros.
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