El hombre siempre tiende a alterar su entorno y de manera que esas alteraciones son concluyentes en la desaparición de otras especies animales. Está claro, que no todas las especies que ven su ecosistema alterado mueren. La adaptación es la respuesta indicada para eso. Pero, la adaptación es un proceso excesivamente lento, aunque las salamandras vienen demostrando que tal vez no sea tan así.
Las carreteras modifican claramente el ecosistema de algunas especies generando un fuerte impacto negativo. Un artículo publicado en “Nature Scientific Reports” sobre una población de salamandras en Estados Unidos, muestra como ese impacto pude llevar a una rápida adaptación.
Se comparó las salamandras que habitan en el bosque, con las que habitan cerca de las carreteras. Es mucho menor la supervivencia de estas últimas, lógicamente.
Pero lo es sorprendente es que los embriones de las salamandras que habitan en las charcas cercanas a las carreteras, poseen un porcentaje de vitalidad un 25% mayor a las del bosque. Esto hace pensar que están desarrollando un mecanismo de adaptación que ayuda a compensar las condiciones adversas y que está sucediendo en plazos muchos menores a los pensados anteriormente.
Dicho estudio fue realizado por el equipo dirigido por Steven Brady de la prestigiosa Universidad de Yale.